Cambios en la relación de Estados Unidos con América Latina
América Latina adquiere nuevos márgenes de acción autónoma producto de la pérdida de control que Estados Unidos poseía sobre el hemisferio
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Según Russell, las relaciones entre Estados Unidos y América Latina han sido vistas habitualmente desde la teoría por una de estas cuatro visiones: 1) el imperio occidental, según la cual habría una especie de relación especial entre ambas partes; 2) la irrelevancia creciente de América Latina para Estados Unidos; 3) opuesta a la anterior, la tesis que percibe a Estados Unidos como un imperio que nos quiere dominar; y 4) la última visión (que ha resurgido de los años setenta) sostiene que se está produciendo la declinación hegemónica de la superpotencia en América Latina, idea que recobra más fuerza aún con la crisis financiera. Esta última tesis supone el tránsito del unipolarismo al multipolarismo a nivel mundial, aunque no está claro cuándo sucederá.
Las tres primeras visiones son simplificaciones de una relación más compleja, caracterizada por la dinámica propia de los vínculos entre una potencia y su zona de influencia. Russell concluyó su exposición con la certeza que “se están abriendo márgenes de mayor acción autónoma para ciertos países de América Latina y es cierto que hay menos capacidad de control por parte de Estados Unidos. Entre esos países con mayor margen está
A su turno, Juan Gabriel Tokatlián habló de los problemas, las paradojas y las políticas: “entre los problemas de la región está la idea de que la crisis financiera, a pesar de su gravedad, nos encuentra en mejores condiciones y los niveles de manejo macroeconómico de la región nos ahuyentan de la posibilidad de una crisis dramática y costosa para todos. Esta perspectiva desconoce el enorme caudal de prudencia que se debe tener, América Latina no debe ser considerada como una unidad separada del resto de otras regiones”, sostiene. La característica latinoamericana, según Tokatlián, está en la historia común de tres décadas perdidas: “perdimos la década de los 70 en términos políticos, la de los 80 en materia económica y los 90 en términos sociales. Seguimos siendo la región más inequitativa del sistema internacional y nos hemos acostumbrado a la desigualdad social”, describe.
En cuanto a las paradojas, teniendo en cuenta el momento de máximo poder militar y económico de Estados Unidos del último lustro, justo en ese momento se produce lo que el autor llama el “resquebrajamiento relativo de la doctrina Monroe”. Esto es, siguiendo la doctrina, que América ya no sería para los americanos, como ocurría en esa época anterior en la que Estados Unidos tenía la capacidad de control y de influencia en todo el continente. Oportunamente, otros actores ya intervienen: China apareció en la región con recursos, comercio y con “soft power”, y los rusos regresan a través de Venezuela. Irán, India y Sudáfrica también están llegando. “La idea del gran hemisferio totalmente unificado que se pretendía con el Alca no se dio”, indica Tokatlián.
Con respecto a la elección de Barack Obama, “hay expectativas desmesuradas en los medios y en los círculos académicos de que la sociedad norteamericana tendrá un cambio radical con un efecto considerable sobre el sistema internacional. Esto confunde cambio con revolución, probablemente sea un cambio medianamente progresista y eso en sí mismo es bastante bueno. Con respecto a la región esta es una oportunidad magnífica para un país como Brasil, sin los problemas que tiene México. La lógica confrontativa e ideológica de la guerra fría terminó en todo el mundo menos en América Latina, donde está representada por Cuba, Venezuela y Colombia, y creo que se va a terminar con Obama”, concluye Tokatlián.
